En este árido y caluroso lugar hay una serie de piedras de diferentes tamaños y formas (algunas incluso mayores a dos porterías de fútbol) que han ido dejando una especie de estela sobre la tierra, como si hubieran ido reptando a través del suelo a lo largo de los años.
Sin embargo, lo más sorprendente es que nadie las ha visto moverse, por lo que el caso ha constituido uno de los grandes misterios de la historia que ha puesto en jaque a estudiosos y científicos.
En este tiempo se ha intentado explicar el fenómeno en base al magnetismo del lugar o incluso a la formación de remolinos de polvo o de pequeñas capas de hielo.
Así, por los efectos de una simple brisa las rocas pueden desplazarse lentamente sobre la superficie del suelo.